7 mitos sobre la Inteligencia

Todo el mundo es un genio, pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol, pasará toda su vida creyendo que es un idiota.

Albert Einstein

Una vez, viendo un partido de futbol me llamó la atención que el comentarista llamaba genio a uno de los jugadores, posteriormente al acabar el partido le hicieron una entrevista y un amigo al escuchar cómo hablaba comentó "ni tan genio" porque definitivamente no era muy elocuente.

 

En ese momento tuve claro que el comentarista tenía la razón, el jugador era un genio, pero mi amigo sólo reconocía la inteligencia cuando alguien tenía grandes capacidades matemáticas, lingüísticas o deductivas.

 

A partir de entonces, en cada curso que daba comencé a plantear esta anécdota al tocar el tema de la inteligencia, prácticamente todos están de acuerdo con mi amigo, el jugador no es un genio, no es muy listo que digamos "sólo juega muy bien al futbol".

Mariscal De Campo, Fútbol Americano, Deporte

 

Esto me ha llevado a una cruzada personal en la que deseo compartirle a tantas personas como sea posible que son sumamente inteligentes, que en realidad no hay personas tontas, sólo personas que no desarrollan sus habilidades naturales.

 

Por eso en este artículo, te comparto los principales mitos que he encontrado alrededor de la inteligencia.

 

1. Tu inteligencia se puede medir con números.

Hoy en día en la inmensa mayoría del mundo la inteligencia se mide a través de un número o una letra. Tenemos la idea de que quienes sacan 10 son más inteligentes que aquellos que sacan 8 o 5. Incluso consideramos que en el futuro les irá mejor.

 

Sin embargo, cada vez entendemos mejor que un número no nos dice qué tan exitosos, felices, satisfechos o saludables seremos.

 

Cuando hablo con mis compañeros de la primaria, secundaria o bachillerato me doy cuenta que esas calificaciones no eran nuestro destino, no tenían nada que ver con nuestro futuro ni nuestras capacidades.

 

Tenía un amigo que todos pensábamos que terminaría en la cárcel o metiéndose en problemas porque aunque brillante, era diferente a los demás, no se podía estar quieto. Nunca tuvo malas calificaciones y tampoco sobresalientes. Hoy su vida no es muy diferente a la de algunos de nuestros compañeros que siempre tuvieron las mejores calificaciones. 

 

Otro amigo era brillante y sacaba malas calificaciones porque le aburría la escuela, pero era apasionado de los programas de computadoras. Actualmente tiene una empresa exitosa.

 

Algunos compañeros con las mejores calificaciones actualmente tienen muy buenos empleos, otros empleos promedio y otros simplemente se hartaron de tener que llevar buenas calificaciones a casa, se rebelaron, tuvieron una etapa de ajuste y hoy viven felices en sus propios términos.

 

Esta idea de sacar buenas notas es demasiado fuerte, estoy seguro que la mayoría de las personas va a seguir prefiriendo que sus hijos tengan 10 en todo por si acaso, cuando en realidad ese 10 les abrirá pocas oportunidades reales en su vida y poco tendrá que ver con su satisfacción y éxito en el futuro.

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Nos ayudaría mucho comenzar a entender que lo que realmente está midiendo un examen es nuestra capacidad de resolver ese examen, nada más. De hecho aunque siempre me resultó fácil memorizar conceptos, fechas e información de todo tipo para los exámenes, un día sentí que era completamente inútil seguir estudiando algo que nunca iba a usar en la vida real, cuando tomé esa decisión, copié o hice trampa en  los exámenes de las materias que no me gustaban. 

 

Hoy la mayor consecuencia negativa que tengo por haber hecho eso es que al escribirlo alguien puede pensar que soy un tramposo o peores cosas, lo cual me tiene sin cuidado.

 

Si somos realistas el número en nuestro promedio sólo nos dice que tan buenos éramos para memorizar algunas ideas, resolver unos cuantos problemas matemáticos y dice muy poco sobre nuestros verdaderos talentos.

 

Y aquí viene la parte más importante, el número que ponemos a nuestra inteligencia normalmente se limita sólo a un par de tipos de inteligencia, pero no mide todas las áreas de nuestra inteligencia.

 

Ya que como dice Ken Robinson en su libro "El Elemento"

"...hemos aceptado que la inteligencia viene acompañada de un número. Es una idea tiránica mal planteada, no se trata de entender ¿cuán inteligente eres? sino ¿de qué modo eres inteligente?

Lo cual nos lleva al segundo punto.

2. La inteligencia se limita al pensamiento lógico.

Cuando trabajé en Bombardier Transportation como ingeniero de diseño teníamos un jefe que era encargado de presentar los proyectos para ganar las convocatorias y nos dieran la responsabilidad de construir el tren o metro de una ciudad.

 

Nuestro jefe no era una persona muy sociable y era bastante introvertido, para todos era evidente que sabía hacer perfectamente su trabajo de logística, pero mi amigo Mario tenía la teoría de que no ganábamos más proyectos porque nuestro jefe no sabía enamorar a los contratistas durante la presentación de la propuesta.

 

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La verdad es que ahora que lo pienso, creo que tenía razón.  Se le dio un puesto por una de sus áreas de inteligencia, pero hubiera sido mejor que alguien con otro tipo de inteligencia vendiera el proyecto. 

 

Yo tengo amigos cuya inteligencia matemática o deductiva es verdaderamente asombrosa, pero a algunos les hace falta inteligencia emocional o son malos para bailar o cantar.

 

Roberto quería estudiar ingeniería en aeronáutica conmigo pero no lo aceptaron, en realidad yo nunca le vi madera de ingeniero, creo que a ninguno de los dos nos gustaba la ingeniería pero nos parecía fascinante estudiar sobre aviones. Hoy Roberto es un chef con gran éxito y usa sus áreas de inteligencia mucho mejor con esa profesión.

 

Ambos somos amigos de David que tal vez algunos consideraban no muy brillante porque siempre estaba haciendo bromas y no parecía tomar en serio la escuela, pero lo hubieras visto cómo lideraba a un equipo de natación, jugando videojuegos o memorizando cartas de Magic para crear estrategias. Hoy utiliza sus habilidades para ayudar a las personas a hacer negocios.

 

"Los tipos de inteligencia son más o menos independientes entre sí y no hay uno más importante que otro"

Howard Gardner

Si comenzamos a darle el mismo valor a nuestra inteligencia kinestésica, espacial, emocional, intrapersonal, interpersonal, etc, que a nuestra inteligencia matemática o lingüística, nos daríamos cuenta que todos somos sumamente inteligentes, simplemente somos inteligentes de formas diferentes, o cómo dice Albert Einstein "todos somos ignorantes, sólo que no ignoramos las mismas cosas". 

3. Tu inteligencia no aumenta ni disminuye

¿Alguna vez has hecho la prueba del Coeficiente Intelectual o IQ por sus siglas en inglés?

Tal vez te llame la atención sabe que uno de los creadores del test, Alfred Binet, tenía sólo la intención de medir el grado mínimo para poder recibir a los niños en una educación estándar.

 

La idea era que para aquellos que salieran debajo de cierto número de IQ, tenían que darles una educación especial para subir sus puntos de IQ y que pudieran tomar clases con los demás sin problemas.

 

La prueba IQ originalmente nunca tuvo como intención que se midiera la inteligencia a través de este test. De hecho Binet afirmó que la escala que había creado "no permitía la medición de la inteligencia porque las características intelectuales no son idénticas y por consiguiente no pueden medirse tal como se mide una superficie".

 

Binet tampoco pensaba que el número fuera fijo, y eso lo expresó de la siguiente manera:

"Algunos pensadores recientes han afirmado que la inteligencia que tiene cada persona es una cantidad fija, una cantidad que no puede aumentar. Debemos protestar y reaccionar contra ese brutal pesimismo"

 

Aún así psicólogos y pedagogos no hicieron caso e instalaron la idea de que una persona no puede entrenar su intelecto, cosa que es absolutamente absurda.

Sabes cuál es tu coeficiente intelectual? Ponte a prueba con estos ...

 

La inteligencia no sólo varía con la edad, sino con aquello que estamos haciendo, nuestro nivel de compromiso, que tanto estamos disfrutando aquello que hacemos y cuanto nos hemos entrenado en realizar la actividad.

 

Dicho de otra forma una persona aparentemente no muy brillante puede ser visiblemente un genio bajo las circunstancias adecuadas.

 

4. Unas personas son inteligentes y otras creativas.

Existen test de personalidad o más bien de uso de las habilidades mentales que divide a las personas como racionales o creativas.

 

Es de hecho una creencia muy común que las personas creativas se dedican a las artes y las racionales a las ciencias.

 

Cuando algunas personas me dicen que no son creativas, lo que entiendo es que no tienen desarrollada algún área de la inteligencia. Yo mismo me catalogué en ese grupo de los no creativos por muchos años, hasta que entendí que la creatividad se basa precisamente en crear cosas.

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Cuando vamos más allá de la imaginación y utilizamos la información a nuestro alrededor, ponemos parte de nuestra experiencia, gustos y visión única del mundo creamos cosas extraordinarias.

 

La única diferencia entre las personas que se entienden como creativas y las que no, es que las primeras han realizado por mucho más tiempo actividades que requiere combinar ideas para crear cosas nuevas, mientras que las otras realizan actividades que no requieren crear cosas nuevas sino ejecutar una y otra vez las mismas acciones cada vez de formas más eficientes.

 

Lo que normalmente no tomamos en cuenta es que las personas en las ciencias también tienen que entrar en procesos creativos importantes para realizar sus tareas.

 

Por otra parte aquellas personas que piensan que no son creativas, sólo necesitan de un pequeño empujón y práctica para darse cuenta que tienen una fuerte capacidad creativa. Como en el caso de los empleados de Brasilata

 

Brasilata, una empresa manufacturera brasileña que hace varios tipos de latas de acero llevó a cabo un programa de innovación entre los empleados. 

 

Dejaron de llamarlos empleados para empezar a llamarlos inventores, llegaron al punto de pedirles a los empleados que firmaran un contrato de innovación pidiéndoles que generaran ideas para crear mejores procesos de producción, reducir costes y mejorar procedimientos.

 

El programa fue tan exitoso que los empleados en 2008 presentaron 134,846 ideas, una media de 145 ideas por empleado. Un par de empleados en conjunto llegaron al grado de proponer ideas que convertían en innecesarios sus puestos de trabajo, la empresa aceptó la idea y los reasignó a nuevos puestos.

 

En conclusión, así como todos somos inteligentes, también todos somos creativos, sólo tenemos que recuperar es habilidad que se mostraba constantemente cuando éramos niños. 

"Nunca harás nada original si no estás preparado para equivocarte"

5. Las escuelas promueven la inteligencia.

El año pasado mi amiga Caribay Morales me invitó a llevar a cabo el test de talentos de Gallup. Con este test se abrió un mundo para mi.

 

Yo nunca saqué malas calificaciones, pero tampoco era cuadro de honor, durante los dos últimos años de la primaria y parte de la secundaria constantemente estuve en prefectura por mal comportamiento.

 

Y aunque en la mayoría de las materias tenía buenas calificaciones, siempre odié la escuela, me parecía una pérdida de tiempo. Era demasiado inquieto y las pocas clases que me gustaban eran matemáticas, historia, física y educación física. 

 

Al realizar el test de Gallup, me enteré que mis talentos se estaban expresando todo el tiempo en la escuela, no me podía estar quieto en un salón, no me interesaban las estructuras gramaticales ni las ciencias naturales, mucho menos civismo, pero me encantaba pensar en historias, en el pasado, en cómo sería el futuro. Me gustaba moverme todo el tiempo y de las pocas cosas que me centraban era tener problemas matemáticos que resolver.

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Si desde entonces alguien me hubiera orientado a usar esos talentos, seguramente hubiera amado la escuela, trabajado de la manera correcta, es muy probable que todas las materias me hubieran apasionado, sólo se necesitaba el ángulo correcto y un buen guía.

 

De acuerdo con Caribay, "llegamos a las escuelas como estrellas de cinco picos, con distintos valles y cuestas, poco a poco las escuela se encargan de limar nuestros picos y rellenar nuestras cuestas, al final de nuestra escolarización salimos siendo todos círculos"

 

Básicamente salimos bien amaestrados para ser empleados que no usan su inteligencia, no explotan sus talentos ni viven apasionados. Después nos preguntamos porqué fallamos como sociedad, cuando todos participamos en ese modelo obsoleto.

 

Con la idea de pertenecer aceptamos ese sistema que destruye nuestra creatividad y terminamos pensando que está bien porque todos los demás hacen lo mismo.

 

"La conformidad en nuestra sociedad es tan fuerte que jóvenes razonablemente inteligentes y bienintencionados están dispuestos a llamar blanco al negro. Esto es preocupante. Plantea interrogantes acerca de nuestra forma de educación y los valores que guían nuestra conducta".

 Solomon Arsch

6. Hay personas inteligentes y otras no lo son.

Para entrar a Harvard tienes que tener calificaciones de excelencia, pero ¿qué sucede cuando hay 100 plazas y 1000 personas que tiene promedio de 10 y todos sacan 10 en el examen?

 

Sucede que los lugares se asignan de forma políticamente correcta, se le dará igual oportunidad a hombres y mujeres y se abrirá un porcentaje de plazas para que sea multiétnico, el objetivo es que nadie se queje de que sólo se admiten a hombres caucásicos.

 

Curiosamente Harvard no necesariamente genera más premios Nobel, no genera personas abrumadoramente mas exitosas a comparación con otras universidades.

 

Esto no sólo sucede en Harvard, sino en prácticamente todas las universidades y escuelas. El modelo de educación actual en algunos aspectos se parece mucho a una línea de producción, llegamos como materia prima y nos forman en la línea para que nos ensamblen matemáticas, gramática, civismo, etc.

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Después de muchos años de ensamblaje terminamos todos listos en mayor o menor medida a pasar las pruebas de calidad que son nuestros exámenes y los que salen mejor evaluados, obtienen mayor valía. Pero cuando hay demasiados bien evaluados obedecemos la ley de la oferta y la demanda y ya no es suficiente aprobar los más altos estándares de calidad para ser los más valiosos.

 

El problema radica en que estamos evaluando la inteligencia como si fuera única, cuando en realidad cada uno de nosotros tiene una forma de inteligencia muy particular, si en lugar de estar evaluando a las personas con exámenes de una sola respuesta correcta se hicieran exámenes con muchas formas de responder podríamos darnos cuenta de qué tan diferentes somos, con mejores exámenes nos enfocaríamos a descubrir distintas formas de inteligencia.

 

Es decir en lugar de preguntar cuánto es 432 x 25, podríamos preguntar cuantas formas tendríamos de llegar al número 10,000 o por también podríamos preguntar cuántos usos tiene un ladrillo. 

 

Algo importante es observar las cosas que nos apasionan, las cosas que podríamos estar haciendo todo el tiempo, incluyendo hablar con los amigos, dar consejos, analizar un video, una charla o un juego.

 

La inteligencia se muestra de muchas formas, pero cómo nos hemos aprendido que sólo es inteligente aquel que es bueno para matemáticas y razonamiento lógico, perdemos de vista la genialidad de alguien al moverse, al expresarse, al tratar a otros o a los que ven un mundo distinto.

 

"El elemento diferenciador clave en la inteligencia se encuentra en nuestra actitud y en nuestra sensación de resonancia con respecto a a una actividad"

 

7. Tu inteligencia es la misma en todos los entornos.

 

Tu inteligencia no sólo cambia con el tiempo, tu inteligencia cambia también de acuerdo a las circunstancias.

 

Ken Robinson, autor del libro El Elemento, nos comparte cómo al estar en nuestro elemento (cómo peces en el agua) mostramos habilidades que nunca antes habíamos tenido.

 

Recuerdo la historia de una orientadora de un campamento de verano quien me compartió cómo un débil y retraído no se integraba en los juegos con los demás niños, pudo manifestar su inteligencia durante el campamento y esto mejoró su autoestima. 

 

Este era un campamento muy especial pues las dueñas del lugar habían diseñado muchos juegos para que no se favoreciera exclusivamente a los niños con capacidades atléticas.

 

Uno de los juegos involucraba destreza, fuerza y astucia, bajo esas condiciones era posible que cada niño expresara lo mejor de ellos, de esa manera todos manifestaban su inteligencia a su modo y los niños aprendían a valorar su individualidad.

 

Lamentablemente vivimos en un mundo donde no siempre podemos manifestar nuestra inteligencia en muchos lugares, por eso resulta importante buscar lugares donde se requieran distintas habilidades pues posiblemente hemos olvidado o tal vez incluso nunca hemos encontrado las condiciones en las que nuestra inteligencia florece.

 

"La energía mental no es una sustancia fija. Sube y baja según la pasión y el compromiso"

Sir Ken Robinson

 

Espero que este blog te haya ayudado a replantearte la idea de inteligente y que la próxima vez que pienses que una persona es tonta, tomes en cuenta que tal vez nunca ha tenido la oportunidad de encontrar de qué forma se manifiesta su inteligencia.

Si te interesa saber más de este tema te recomendamos leer el libro EL ELEMENTO de Sir Ken Robinson que puedes conseguir dando clic aquí, para conocer decenas de historias alucinantes sobre cómo muchas personas descubrieron su genialidad.

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